Serenity
La mezcla calmante de dōTERRA, Serenity, es el caramelo para el alma antes de dormir, es el sabor que presagia un dulce sueño. Es el cuento de buenas noches que nos contamos a nosotros mismos y, mientras olemos su dulce y acogedor aroma, nos transporta a un viaje interior donde descansa nuestra mente, nuestras emociones y nuestros sentidos, dándonos así un respiro profundo y alentando a un sueño reconstituyente.
Ese dulce aroma que se antoja cálido como chocolate caliente en tarde de lluvia, nos lava y reconforta del mismo modo que el cuento de la abuela frente a una chimenea. Nos eleva, nos abraza, nos perdona, nos libera.
Esta mezcla es suave y ligera, sin embargo sus componentes son potentes y firmes, por sí mismos son especiales y contundentes, pero unidos hacen las veces de todos nuestros antepasados para venir a rescatarnos de los fondos obscuros de nosotros mismos.
Es la caricia infantil una noche de miedo, es mamá diciendo no ha pasado nada, no es tan grave lo que hiciste; es el abuelo contándonos que él también se ha equivocado; es aquella maestra que nos secó las lágrimas y nos dijo al oído estás aprendiendo, todo va estar bien. Porque todo va a estar bien. Pero para que todo esté bien tenemos que perdonar y perdonarnos, tenemos que dejar ir los enojos con nosotros mismos y con los demás, dejar ir celos y rencores.
Serenity nos dulcifica la mirada, volviendo nuestra fortaleza una fortaleza más sólida pero no por eso más dura. Nos dulcifica las ganas y así nos facilita conectar con lo que duele, con lo que nos arde, empujándonos al perdón mayúsculo entramos en un proceso liberador, purificador en lo más hondo de nosotros mismos.
Este aceite nos ayuda a trabajar con el niño herido, con el adolescente asustado que no entiende su desequilibro emocional; con el adulto enojado que no puede dormir.
Un masaje en el ombligo antes de acostarnos ayuda a descansar al grande y al pequeño. Difundido en el ambiente ayuda a relajar las emociones de la casa, suavizando el aire, ablandando las paredes. Aplicado con paciencia en la planta de los pies ayuda con el rechinar de dientes. Incluso cuando el cuerpo grita descanso y la ira se manifiesta en comezón cutánea, aplicado en la zona ayuda a aliviar la sensación.
Esta aceite, que por sus componentes de vainilla no se puede ingerir, es uno de los aceites que más profundo trabajan a nivel interior, soltando las cadenas que nos hunden y esclavizan en sentimientos negativos, de furia, venganza, de culpa hacia nosotros o hacia los demás.
Nos eleva a un viaje donde nosotros somos los comandantes de la canoa pero ayuda cuando las aguas del río se vuelven turbias a mantener la mirada lejana y las fuerzas puestas en ese trabajo personal.
A veces, incluso, habemos quienes tenemos que trabajar dolores profundos casi ocultos, rencores, perdones imposibles y cólera salvaje; y al principio el trabajo no es tan fácil como quisiéramos y mucho menos tan dulce, llevándonos a viajes de pesadillas y sueños inquietos; pero si dejamos que esta mezcla morada nos ayude a transitar estos caminos de lodo, saldremos más ligeros, más relajados, más amables y, sobre todo, más conectados con nosotros mismos y con una felicidad que proviene sólo de la paz que da la profunda y sincera alegría interior.
Esta es la mezcla para el amigo que duele, para la ex-pareja que enoja, para el niño que no para, para el adulto que sufre, para la madre que teme y el padre que siente que no puede. Esta mezcla es para ese ser interior que todos llevamos dentro que aveces se vuelve un papel arrugado de resentimientos.
15 mililítros de descanso, de suavidad y de dulzura que nos darán el coraje para ser inmensa y libremente felices.