Día 2 - Llénate de Besos
El beso, en forma de poema, en forma de narrativa.
El beso, en forma de pintura, de escultura.
El beso, en forma de criar, de dar,
el beso, en forma de recordarnos que estamos juntos.
El beso, siempre una forma de amor nutritivo,
una forma de seducir nuestros sentidos,
una forma de recordarnos que estamos vivos,
que tenemos un cuerpo:
un cuerpo que siente,
un cuerpo que experimenta,
un cuerpo que se revela.
Besos.
Los besos húmedos que agitan nuestros órganos internos.
Los besos furtivos.
Los besos multiplicados.
Los besos únicos.
Los besos compartidos.
Los besos que son recuerdos,
los besos que son futuro,
los besos que imaginamos,
que soñamos,
que planificamos.
Los besos con los que contestamos,
los besos con los que nos encontramos,
los besos que acompañan un baile,
y el baile que se convierte en un beso.
Besarnos.
Besarnos con las miradas,
con las manos,
con los cuerpos.
Besarnos y reconocernos.
Identificarnos y sentirnos
en cada pequeño gesto,
en cada resquicio de piel,
en cada instante suspendido.
Besos húmedos lleno de lengua, besos secos de alas de mariposas. Besarnos con los ojos, con los labios, con las yemas de los dedos.
Besos, besitos, besotes.
Hoy, mañana, pasado,
y cada vez que puedas,
tómate un instante para volver a ese lugar:
el de la dulzura,
la pausa,
la causa,
para experimentar, una vez más,
el hermoso, dulce, sencillo, y expansivo acto de besar.