Peace

“Dame un abrazo cuando menos lo merezca, es cuando más lo necesito.”

Cuando grito, cuando lloro en rabia, en silencio, sin lágrimas, cuando callo de más, cuando bloqueo las ganas, cuando me escondo debajo de las sábanas, detrás del teléfono, dentro de un libro.

Dame un abrazo cuando paralizada, dispersa, asustada me hago la fuerte y te miro con mirada tiesa, dura, lejana y fría.

Dame un abrazo con gotas de PAZ que me lleguen al alma, que digan junto con tus caricias en la espalda que todo va a estar bien, que la rutina, los dolores, las perdidas, las rupturas, el fracaso, las expectativas no cumplidas, los cambios inesperados y los sueños aplastados pasarán; que el viento se llevará la nube y de esa tormenta se cosecharan nuevas vidas, nuevos proyectos, más ganas, más luz, más fuerza.

Dame, con tu mano abierta, unas gotas que vayan directo al corazón y así desvanezcan la división constante que siento, el blanco o negro, el grande o pequeño, que la inestabilidad, y las ganas de escapar se vuelvan cueva donde pueda crear, descansar, re encontrar a la niña interior que asustada toca la puerta que nunca le abro, que dejo cerrada y donde, entonces, también me encierro yo.

Cuando ya no puedas más, cuando el espejo te muestre lo que no quieres ver, cuando el cuerpo cansado y adolorido se quiera anudar, hazte fuerte, un ratito, pon en el suelo de tu regadera unas gotas azules y déjate mimar.  Déjate sentir esa verdad más fuerte, déjate arropar, suelta las palabras y verbaliza el secreto que te quema.

Cuando ya estés cansado de llorar, cuando el pecho cerrado de tanta humedad empiece a pitar, frota Paz en tu corazón y deja que la alegría empiece a llegar, que la ira se vaya por la alcantarilla, que el sueño de un buen descanso te deje volver a soñar.

Deja que la mezcla reconfortante te ayude a volver a conectar con todo lo demás, que te ayude a, poco a poco,  volver a aparecer en tu mirada, a hacerte hueco en tu propia alma, a volver a creer en mañana.

Abrázate al camino y ve acortando las distancias.  Quita la coraza, y pierde el miedo a que te vayan a rechazar.  Mírate a los ojos en lo que te pones este líquido que es abrazo contenido en gotas y acaricia tu sien, tu corazón, rodea tu cintura, y deja que esa caricia tibia camine a tu lado y sientas la compañía de lo más grande y se aligere, así, tu paso.

Permítele a esta mezcla de aceites penetrar tu piel, tus miedos, tus fantasmas, tus silencios, para así, ir encontrando tu lugar, tu centro, tu hueco; tu paz.

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